Lo que significa Rubén Baraja para el Valencia de hoy

El Pipo es muchísimo más que un entrenador al uso, y es por ello que la propiedad debe actuar en consecuencia, y ser inteligente

Toni Hernández | 27 JUN. 2024 | 00:04
Rubén Baraja

Poner al Valencia por encima de todo, incluso de uno mismo. Ese ejercicio de generosidad definitiva, puro y real, es el que llevamos viendo en Rubén Baraja desde antes incluso de que firmara como entrenador del equipo. Se dijo en aquel entonces, y no ha pasado tanto, que no arriesgaba nada, que lo hacía porque no tenía nada mejor… Todo frases proféticas, qué duda cabe, de tipos, estoy seguro, que en su mayoría hoy pondrían el grito en el cielo si el Pipo no renovara su contrato con la entidad de Mestalla. ¿Que es fútbol? No me gustan los tópicos porque sirven para esconder muchas cosas que todavía me gustan menos, pero tengo claro que es imposible ir contra ellos. Al menos contra todos. 

Baraja está poniendo al Valencia por encima de sus propios intereses, arriesgando incluso más ahora que hace año y medio. La próxima campaña vamos a exigir aún más que el pasado curso, aunque no sabemos si tendremos base para ello porque no tenemos ni idea de la plantilla que se va a tener. Pero el Pipo sigue preocupado, y ocupado, en los jugadores que deben venir, en los que se pueden ir y en los que han de sustituir a estos. Y está tranquilo, con esa calma tan suya que, por muy encendido que vayas tú, cuando hablas con él es como si todo fuera una balsa de aceite. Relativiza las cosas, sabe que los dramas no resuelven situaciones comprometidas. De eso tendríamos que tomar buena nota, aunque tengo muy claro que ni siquiera lo tenemos en cuenta. 

Está tranquilo, muy tranquilo. Y poniendo paz en su círculo más cercano. Él pone al Valencia por encima de todo, y eso no va de proclamar ante los medios sino de ponerlo en práctica con hechos. Y con poco foco, o ninguno. El dinero no es un problema, los años no son un problema, la situación global no es un problema. Su preocupación es la plantilla, ser mejores, crecer, que el equipo no se rompa, y luchar por estar con los mejores. Porque no se conforma, ni mucho menos, con ser comparsa, con tener que contentarse con el noveno puesto como si eso fuera para poder sentirse orgulloso en un club como el nuestro, en el que el Baraja jugador ha levantado títulos y jugado finales de Champions.

Pero se mantiene calmado, confiado en que todo va a terminar bien, en que se van a hacer las cosas como toca desde Singapur. No entendería otro contexto, no contempla otro desenlace. No quiere oír hablar de nada, de nadie más o de irse de aquí ni este año ni el que viene. Está poniendo al Valencia, a su club, por encima de su interés personal. Y eso que, ahora mismo, el Baraja entrenador podría optar a muchos banquillos, después de lo que ha hecho aquí. Pero tal posibilidad no va con su forma de ser, con su manera de sentir el Valencia. 

Sigo pensando, además, que es la persona que puede convencer a Lim de que las cosas han de ser de otro modo, de que esto es un club de fútbol y además de los buenos. Que hay que estar arriba, pelear con los mejores, hacer sentir orgullo a los cientos de miles que tienen al Valencia como una forma de vida, como alguien de su propia familia. Baraja personaliza los valores que tiene esta entidad y con los que todos nos sentimos identificados; pero que, por una serie de razones, no siempre cada uno de nosotros tenemos en cuenta. 

Es un ejemplo. Siempre lo ha sido de alguna manera, pero ahora que tiene un puesto de tanta responsabilidad y en el que está realmente solo (cuando eres jugador están tus compañeros), es cuando más está demostrando ese amor incondicional. Porque Baraja ama tanto al VCF que es él quien calma a sus amigos. Por su cabeza sólo pasa el hecho de que en Singapur entren en razón. Meriton no sabe la suerte que tiene con el Pipo porque, si tuviera la más remota idea, llevaría muchas semanas renovado. 

RUBÉN, ERES MUY GRANDE.