El local management del Valencia, y llevarse palos pase lo que pase

Si me llamara el Valencia para trabajar en el club no tardará ni dos seguros en decir que sí. Vaya por delante mi postura, que no niego de ninguna de las maneras, y que realmente es de la inmensa mayoría de todos nosotros, aunque claro, cuando no arriesgas nada diciendo lo contrario, es muy fácil rasgarse las vestiduras y ponerte el traje de digno.

Y ahora mismo, que vaya tela, trabajar en el Valencia significa que te llamen traidor, vendido, arrastrado, mamador, en fin, de todo. Y además con la certeza de que nada de lo que hagas va a estar bien, por muy bien que pueda estar, y que lo que salga o se haga mal, aunque no sea decisión tuya, te lo van a achacar al 100%, además aludiendo a que tengas dignidad y dimitas, como si con la dignidad se pudiera llenar la nevera.

Afrontan un verano muy salvaje, porque hay mucho en juego por un lado, y ninguna fe en lo que se pueda hacer por otro. Llevo preguntando varias semanas qué pasaría si al final renovaran a Baraja (hecho) y no se desmantelara el equipo (por ver), y no encuentro respuesta, aunque viendo lo que veo, la tengo bastante clara.

Les van a dar en el carnet de identidad pase lo que pase, pero alguien, quien sea, debe hacer su trabajo, porque sino son ellos, serán otros, y el jefe seguirá estando en Singapur. No hay ningún tipo de empatía, ninguno, que vale, se han cometido errores que podrían haberse evitado, pero si de verdad pensamos que el problema del Valencia está aquí, en la gente de aquí, es que estos 10 años no nos han servido para nada.