Ilusionarse con el Valencia va en el ADN, es innato, si eres del Valencia

Quien no se ilusiona cada año con el Valencia, por puro instinto… Podría seguir la frase y buscarme más problemas, más enfrentamientos, no sé si más enemigos, pero sí seguro que los que hay se cabrearan por encima de la media. Y aunque lo van a hacer igual, sin duda, tampoco es eso lo que busco.

Sólo doy mi opinión, de forma libre, independiente, y en este caso, diciendo lo que repito desde que tengo uso de razón. No importa cómo haya sido el curso anterior, pero siempre, desde que tengo uso de razón y ha me han caído 50 palos, cada verano regeneraba mi espíritu valencianista para tener más ganas de marcha, más ganas de mi equipo.

Y los fichajes, o los traspasos, o el entrenador, o el presidente, me importaban poco o nada, porque el Valencia estaba, y está, siempre por encima de todo, que ahora parece que ya no es tan del todo así, lo que me parece una muy mala noticia para todos.

O eso, o ganas de generar follón, de ser el centro de atención, de dar la nota por encima de cualquier otra cosa, de pensar que el Valencia está por debajo de intereses personales. Todo muy loco, como tantas cosas que ocurren en el entorno del club en los últimos tiempos, en los que se han normalizado una serie de cosas que no tiene sentido alguno, y que son más propios del bombero torero que de otra cosa.

Aunque lo peor ya no es eso, sino que aquellos que no se quieren ilusionar, pero contándoselo a todo bicho viviente para tener algo de relevancia, pongan a parir a aquellos, como yo, que sí tenemos ese ADN que nos dieron nuestros padres, gracias a Dios.