Mestalla, como siempre, en tus manos

Pedir otro favor a Mestalla me parece casi de mala educación, pero después de lo que le hicimos sufrir el año pasado, que encima era el de su Centenario, creo que no pasa nada si le rogamos un esfuerzo más. Esa magia distinta, ese ambiente que no se parece a ninguno en otra parte del mundo, esa esencia que nos hace distintos a los demás.

Ese color de las tardes de mayo en día de partido grande, con los aledaños del estadio a tope de gente esperando que abran las puertas porque no aguantan en sus casos. Ese cielo que se puede ver desde dentro cuando va llegando la noche. Ese grito ensordecedor de todo el valencianismo cuando su equipo gana este tipo de partidos en esta época del año.

Han sido cientos de batallas de todo tipo, en más de 100 años, y esta es otra más. ¿Más o menos importante? Pues aplicando algo de sentido común y al mismo tiempo de practicada, como es el que nos toca, podríamos decir que es el más trascendente, aunque el deseo es tener que pedir lo mismo la semana que viene contra el Rayo, señal de que hoy nos habrá ido bien.

Todos nos merecemos una sonrisa, una alegría, un poder quitarnos de encima algo de este sufrimiento que nos lleva persiguiendo varios años de una forma que nos cuesta entender, porque no tiene ninguna explicación. Mestalla, es un baile más, es volver a jugar a Europa, donde tanto te gusta estar, y para eso debemos estar todos, poner todos lo que tengamos dentro, y tú, esa magia tan especial. Y no olvidemos una cosa: si Mestalla tiene magia es porque todos somos un poco magos, que no se le olvide a nadie.