Las ganas de sacarse el pase del Valencia

En el entorno del Valencia hay ganas, muchas, de sacarse el pase. Y tiene guasa la cosa, porque el año no está siendo espectacular dentro de lo que es la historia del club, aunque sí para el nivel actual de la plantilla, y la gente acude en masa a Mestalla, llena el campo de manera permanente y va a haber de nuevo cola para poder tener un abono de cara al ejercicio que viene.

Y eso responde a muchas cosas, a muchas, porque si analizamos el siglo XXI en cuanto a cifras de abonados, los picos se dan cuando el equipo ha estado arriba, ha ganado cosas, y han bajado de forma considerable cuando no ha ocurrido tal cosa. Y ahora mismo estamos en ese contexto, repito, dentro de la historia de más de 105 años de la entidad.

Aunque lo que ocurre puede tener una explicación mucho más sencilla que el hecho de ver si estamos arriba o no. El sentido de pertenencia, eso que afloró de una manera brutal hace casi 40 años cuando bajamos a Segunda (hubo más socios aquel ejercicio que cuando ganamos la Copa del 79 y la Recopa del 80) y que no ha vuelto a bajar de determinados niveles desde entonces.

Y mira que han pasado cosas de todos los colores. Hay nuevas generaciones, hay ganas de Valencia, y todo ello a pesar de los pesares, a los que no les voy a poner nombre al menos en este artículo, porque cuando un niño de 9 años te pide un pase, no sabe ni quién manda, entrena o juega, lo que quiere es ir a ver al Valencia, es ir a Mestalla, es vivir ese ambiente que, a esas edades, impresiona y te marca para el futuro. De esos momentos en los que el campo, por grande que fuera, se iba a quedar pequeño.