Mestalla no son las redes sociales, gracias a Dios

El estadio, que es sabio, por muchas cosas, sabe siempre lo que tiene que hacer, con cada uno, en cada momento

Toni Hernández | 07 MAY. 2024 | 00:03
Jaume Domènech

Mestalla es el mejor estadio del mundo por muchas cosas. Porque no es el más modernos, el más cómodo, el que más servicios tiene, el más bonito… pero es tantas cosas buenas, pero tantas, que es imposible que haya un lugar mejor en el que poder jugar al fútbol. Para Jaume Domèmech había sido una semana dura, otra más, pero como siempre ha hecho, la había superado con coraje y con cabeza.

Baraja le había dado la confianza, y contra el Alavés era titular, además de capitán. Su vuelta al estadio dos años más tarde de la última vez, nada menos. Pero cuando todo tiene que salir mal, sale mal, y ya en la primera jugada le sacan la bota, y la tarde se empezó a torcer. Un despeje con el pie, sin fuerza, porque había una maldita rotura en el recto del cuadriceps, lo había dejado KO.

Un llanto sentido, un hundimiento personal por las ganas de ayudar que no podía llevar a cabo, y en ese momento, Mestalla, porque sabe lo que debe hacer siempre, despide a su portero con una de esas ovaciones que uno le dejan huella, porque nacen del corazón, del alma, y no responden a ninguna cuestión puntual.

Leía las redes en ese momento, y había a quien incluso le sentaba mal que estuviera pasando algo así, como si al estadio, en cualquier tema, hubiera que decirle lo que tiene que hacer en cada momento. La lesión me dolió como si me hubiera roto yo, pero esa despedida del viejo y sagrado templo, es de las cosas que Jaume se va a llevar para siempre. Y por ello, no puede sentirme más orgulloso por mi amigo, y por mi afición, que es sabia siempre, no sólo cuando dice lo que a cada uno le interesa en momentos concretos.